lunes, 27 de enero de 2014

La domesticación del lobo

El Canis lupus, o comúnmente conocido como lobo, es una especie de mamífero placentario del orden de los carnívoros. Fueron abundantes antiguamente y se distribuían por Norteamérica, Eurasia (actual Europa y Asia) y el Oriente Medio. Actualmente, sólo ocupan una estrecha región a la inicial, causa debida a la presencia del ser humano. 


Distribución del lobo
     /    Actual
     /    Antigua

     Por otro lado, encontramos a su descendiente directo, el perro. Es un mamífero carnívoro doméstico de la familia de los cánidos, subespecie del lobo. Al contrario que el lobo, su alimentación se ha modificado notablemente debido a su relación con el hombre, es tal dicho cambio, que podemos decir que prácticamente es un animal omnívoro. 


Paso de lobo a perro

Un reciente estudio realizado por investigadores suecos ha revelado que el perro, descendiente directo del lobo, se hizo amaestrable tras cambiar sus hábitos alimenticios a debido la presencia del ser humano. 

Tras numerosas indagaciones de los distintos investigadores se ha llegado a la conclusión de que el paso esencial de lobo a perro se dio hace 10 000 años cuando el hombre cultivó las primeras cosechas, es decir, los primeros años de cultivo del ser humano. Los productos obtenidos de los cultivos son ricos en almidón, molécula que otorga un aporte energético entre un 70 y un 80 por ciento de las calorías que los humanos consumen. Con estos cultivos el ser humano pasó a ser sedentario y con él el lobo, según revela un estudio realizado por la Universidad de Uppsala.

Los lobos, conscientes por así decirlo, de la energía fácil que estos productos les aportaba, un producto sencillo de conseguir en comparación con la dificultad de cazar una presa, se decantaron primero por obtener estos productos cual zorro, es decir, los robaban, pero ello suponía huir después, por lo que poco a poco fueron perdiendo el miedo al ser humano. 

A partir del momento en el que lobo y ser humano empezar a estrechar vínculos, surgieron las primeras crías, las cuales llegaban impresas en sus genes una modificación celular que las hacía más aptas para procesar el almidón. Estos investigadores llegaron a la conclusión de que esta molécula actuaba en el sistema nervioso del animal y lo tranquilizaba. Con esta descendencia y la descendencia de estos, poco a poco se fue obteniendo una subespecie del lobo, hasta llegar a la raza de perro con todas sus variantes que conocemos actualmente.



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