Aunque los personajes y la historia de
estos la haya inventad, lo realmente sucedido es real así que tenía muchas ganas de contároslo y que me gustaría que
dedicarais un poco de vuestro tiempo en leer este artículo del que sacaremos
una lecciones muy importantes como el valor de la amistad, el respeto,
cualidades que todos debemos tener.
En un cálido día de Agosto, estaba
jugando con mis amigos en la calle a echar carreras aunque yo siempre perdía,
pero no porque fuera el más lento sino porque los demás hacían trampas… Cuando
de pronto, de una esquina, salió un chico, parecía raro, no se parecía mucho a
nosotros. Estaba despeinado, o con el pelo tieso, llevaba gafas, estaba
sonriendo de oreja a oreja, era bajito... De repente David, que era el mayor de
los amigos, se fue para él y le dijo algo, no se muy bien lo que le dijo pero
todos empezaron a reírse así que yo también, pero me pareció que se estaban
riendo de él. Sin embargo, seguía con su sonrisa de oreja a oreja. Yo lo miraba
con asombro y entonces mi madre que parece ser que se había enterado bien de lo
que dijo David me cogió de las orejas y me llevó para casa mientras reñía a mis
amigos por lo que habían hecho.
-¡Mamá
si yo no he hecho nada!
-¿Y
por qué os reíais del pobre Ángel? ¿Os ha hecho algo o se ha metido acaso con
ustedes? Lo dudo la verdad
Me
di cuenta de que se reían de él pero como Ángel no les devolvió el insulto ni
se peleó ni nada pues yo no estaba seguro. Mi madre me explicó que era el
Síndrome de Down y muchas más discapacidades.
Dos
días más tarde mi madre preparó una merienda a mis amigos y a mi e íbamos a ver
una peli. Nos lo íbamos a pasar en grande. Pero a sorpresa nuestra no iban a
poner Batman… Mi madre nos puso las Olimpiadas del año pasado. Nosotros
estábamos decepcionados pero al menos íbamos a ver a muchos de nuestros ídolos.
Comenzaba
el video, pero nos dimos cuenta que eran unas Olimpiadas muy raras, los atletas
eran ciegos, o les faltaba un brazo, o incluso se parecían mucho a Ángel… Eran
personas con discapacidad como me había explicado día atrás mi madre el día que
conocimos a Ángel.
Salió
de inició una fiesta, era la inauguración de las Olimpiadas Paralímpicas (así
se llamaban estas particulares olimpiadas de las que nunca había oído hablar)
mi madre empezó a darle hacia adelante, pero todos le pedimos que lo dejara. Mi
madre dejó la inauguración pero dijo que luego pondría lo que ella quería que
viéramos. Vimos la inauguración y fue increíble porque había música, fuegos
artificiales y lo más sorprendente de todos, aunque todos tenían algún problema
como no tener un brazo o pierna, estar ciegos… lo que sea, estaban
increíblemente felices de estar allí, y no es para menos, porque con lo que les
ha costado después de tantas pruebas…
Acabó
la inauguración, y nos puso una prueba
de los cien metros lisos en la que participaban nueve personas con deficiencia
mental. Al igual que todos los que salieron en la inauguración, estaban muy
ilusionados y claro está, todos querían ganar la medalla de oro. Cuando empezó
la carrera, salieron bastante despacio, nada que ver con los increíbles atletas
que nosotros adorábamos e iban como flechas, pero todos siguieron excepto uno
que tropezó y se cayó. Empezó a llorar (sinceramente pensé que después de tanto
esfuerzo me pasara eso también lloraría). En ese momento nos quedamos todos
conmocionados pero más aún cuando pasó lo que nunca hubiera pasado en la prueba
de nuestros ídolos… Todos, pero sin ninguno en excepción, los ocho atletas
restantes cuando lo escucharon se pararon y se volvieron. Una niña que tenía
síndrome de Down se agachó y le dio un beso diciéndole: “Ahora vas a ganar”. Se
cogieron de la mano mis nueve nuevos ídolos y entraron juntos en la meta
mientras un estadio gigantesco se ponía en pie y aplaudía mientras muchos lloraban
de emoción.
En
ese momento llegaba Ángel con su madre, pidiendo perdón por la tardanza. David
fue el primero en levantarse y darle la mano mientras le pedía perdón. “No pasa
nada. ¿Quieres ser mi amigo?” le dijo mientras esbozaba su gran sonrisa. Todos
nos levantábamos y nos dimos un abrazo. Nos hicimos muy amigos y todas las
tardes quedábamos para jugar. Una gran lección me dieron aquellos nueve héroes
de esas extrañas olimpiadas que nunca olvidaré…
0 comentarios :
Publicar un comentario