Samsung acaba de incorporar al mercado su nuevo smartphone, la quinta generación de la serie Galaxy S. Este nuevo terminal nos ofrece diferentes utilidades tanto en los campos de ocio como trabajo, así como, veremos más adelante, en el ámbito de salud y deporte.
La firma coreana ha apostado esta vez por un nuevo diseño muy atractivo con una trasera punteada brillante, disponible en cuatro colores. En cuanto a pantalla, el terminal cuenta con un display Super AMOLED de 5,1 pulgadas y una resolución 1.920 x 1.080 píxeles (full HD), como si tuvieses una tele en la palma de tu mano. La pantalla no es lo único que destaca en este innovador smartphone, está equipado con un procesador de cuatro núcleos con una velocidad de reloj de 2,5 GHz, impresionante, ¿no? Además de una memoria RAM de 2 GB.
El terminal posee una memoria interna de 16 GB para aplicaciones y alguna que otra foto, pero también cuenta con una ranura MicroSD de hasta 128 GB para sacarle todo el jugo a su cámara de fotos de 16 MP y a su videocámara UHD, ya que es uno de los primeros smartphones en incorporar la resolución de vídeo 4K.
Este nuevo teléfono de gama alta incluye una nueva tecnología nunca vista antes en dispositivos de uso personal, cuenta con un pulsómetro. Algunos os preguntareis cómo es esto posible, pues muy fácil: justo a la derecha del led flash dispone de un sensor, que, poniendo el dedo sobre él es capaz de detectar la minúscula variación de color que se produce al circular el torrente sanguíneo sobre el dedo, algo muy útil cuando sales a correr o a hacer ejercicio.
Además, como era de esperar, este smartphone está equipado con la tecnología 4G que permitirá una velocidad de conexión a la red móvil considerable.
Su precio en el mercado ronda los 700 € libre, pero puede adquirirse con compañías de telefonía móvil por algo menos, como Orange, Vodafone, Yoigo, Movistar, etc.
Un smartphone potente con un diseño elegante y compacto, y en tan solo 145 gramos.
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